Elena Bazán, socia de UniCo, ha hablado con Mônica Rodrigues, una correctora y editora brasileña —que, además, ejerce labores docentes— para conocer unas pinceladas de la profesión en Brasil: asociacionismo, tarifas, empleo, relación con el portugués de Portugal, etc. Salvando las distancias, las diferencias no son tantas con los profesionales brasileños.

Mônica Rodrigues cursó la Enseñanza Superior en Portugués por la Facultad de Letras de la Universidad de San Pablo (Brasil). También estudió español en el Servicio Nacional de Aprendizaje Comercial (SENAC) y en el Instituto Cervantes de San Pablo. Hizo un curso de especialización en español en la organización COINED de Buenos Aires (Argentina) y también un curso de especialización en italiano en la Universidad de Perugia (Italia). Trabaja como correctora de pruebas, preparadora y editora desde hace más de veinte años en editoriales como Saraiva, FTD, Moderna, Macmillan, Ática y Scipione, entre otras. Es propietaria de la empresa Sophia Editorial y da clases presenciales de corrección de textos en el Centro Cultural b_arco, en San Pablo, y clases en línea en la Escuela de Traductores.

¿En qué tipo de corrección de textos te has especializado?

Me especialicé en corrección de libros o manuales didácticos de diversas asignaturas (Portugués, Español, Matemáticas, etc.).

¿Cómo se aprecia la figura del corrector en Brasil?

Muchas personas desconocen la figura del corrector, pues creen que la computadora es capaz de hacer toda la corrección. En las universidades brasileñas, incluso, muchos alumnos de Letras no saben que es posible dedicarse a la labor de la corrección de textos.

¿Cuál es la oferta laboral para los correctores en Brasil?

Hoy en día, con la crisis económica brasileña, lamentablemente no hay tantas oportunidades como había antes. Muchos correctores, así como tantos otros profesionales de otras categorías, están en el paro.

¿Es igual en todo el territorio o solo en sus principales ciudades?

La oferta laboral está más centrada en San Pablo y Río de Janeiro, donde están ubicadas las principales editoriales.

Por tu experiencia y la de tus colegas, ¿es más factible ser un corrector externo o uno de planta con nómina?

Hay más posibilidades de trabajo para los correctores externos porque, de esa manera, las empresas no necesitan pagar tantos tributos, tampoco ciertos derechos de los trabajadores.

¿Cuáles son las principales fuentes de trabajo para un corrector en Brasil?

Las principales fuentes de trabajo son las editoriales, escuelas, agencias de publicidad y universidades.

Háblanos de las tarifas: ¿te parecen competitivas para un profesional de la corrección?

Tanto para los correctores de planta como para los externos no hay una tabla de tarifas. Por ejemplo, en Brasil la categoría de los traductores sí tiene tarifas establecidas, según cada tipo de traducción.

¿Existe formación para los correctores de textos: licenciaturas, posgrados, cursos, etcétera?

Hay algunos cursos de corrección de textos y pocos posgrados. Muchos correctores tienen la enseñanza superior en Letras y aprenden el oficio trabajando en las editoriales. Por eso, también decidí dedicarme a las clases de corrección de textos. Doy clases presenciales y en línea.

En general, en la corrección en español existe la conciencia de que algunos términos o textos deben adaptarse de una variante del español a otra (del español de España al español de México o viceversa, por ejemplo). ¿Sucede lo mismo en el caso del portugués?

Eso pasa cuando hay libros escritos en portugués de Portugal. Entonces, es necesario primero traducir para el portugués de Brasil y luego hacer la corrección.

¿Existe algún colectivo profesional que agrupe a los correctores brasileños?

En Brasil no tenemos un colectivo profesional de correctores. Pero sé que hay algunos correctores que están organizándose para formar ese colectivo.

En líneas generales, ¿se cuidan los textos en Brasil? ¿Apuestan las editoriales y las empresas por la figura del corrector?

Creo que sí. Muchas editoriales, escuelas, revistas, periódicos, etc., tienen esa preocupación de tener un corrector para garantizar textos con buena calidad.

Más información: Sophia Editorial (www.sophiaeditorial.com.br).

Artículo publicado en el número 10 de Deleátur, la revista de los correctores de texto de UniCo. Consulta los números anteriores de Deleátur aquí.

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